Skip links

Día Mundial de la Salud

El camino desde la Segunda Gran Guerra hasta la formación de la OMS

Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, los vencedores del conflicto –los cuales se
llamaron «Aliados» desde 1942– decidieron crear una red de organismos internacionales
que asegurase su hegemonía y evitase un nuevo conflicto internacional. El centro de esta
red fue la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que nació en San Francisco en mayo de 1945. Parte esencial de la red, formada por agencias especializadas de la ONU fue la Organización Mundial de la Salud (OMS).

No era la primera vez que se intentaba algo por el estilo. Desde 1907 funcionaba en París
la Office International d’Hygiène Publique (OIHP) para registrar los acuerdos sanitarios
internacionales y poco después de acabar la Primera Guerra Mundial se había creado una
sección de Salud de la Liga de las Naciones (LNHO, por sus siglas en inglés), la cual, desde
Ginebra, trabajaba en varias partes del mundo. Asimismo, en las Américas existía desde
1902 la Oficina Sanitaria Panamericana (OSP), ligada a la Unión Panamericana. Sin embargo, las dos primeras no habían podido consolidar su autoridad a nivel internacional y la OSP funcionaba cercana al Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos (Cueto 2004). Además, entre las tres existían tensiones por la inevitable duplicación de trabajo.

La posguerra y el nuevo diagrama mundial.

El origen de la OMS está ligado al trabajo de los Aliados por socorrer a las poblaciones civiles que iban encontrando después de conquistar los territorios europeos tomados por las potencias del Eje, a través de la United Nations Relief and Rehabilitation Administration
(UNRRA), creada en 1943.

Poco después de la derrota de los nazis en Berlín -ocurrida en mayo de 1945-, la labor de la UNRRA aumentó porque más de seis millones de europeos habían sido desplazados, es decir, sobrevivían sin alimentos ni vivienda y sin protección ante la amenaza de epidemias. Una división de salud de la UNRRA, encabezada por Wilbur Sawyer –quien antes de la guerra había sido director de la División de Salud Internacional de la Fundación Rockefeller–, sin duda la más poderosa entidad filantrópica privada norteamericana, tenía poco más de mil funcionarios. En muchos lugares, la UNRRA reemplazó los servicios sanitarios que habían colapsado por la guerra.

Asimismo, la bien financiada UNRRA asumió progresivamente las funciones de la LNHO, que junto con la Liga, sobrevivieron en Ginebra disminuidas, pero con la imagen de neutralidad intacta después del conflicto. De hecho, muchos de los primeros funcionarios de la futura OMS saldrían de la LNHO o de la UNRRA.

Entre los funcionarios de la UNRRA, destacaron el chino Sze y el brasileño de Paula Souza, quienes habían tenido una valiosa experiencia sanitaria nacional e internacional. Ambos asistieron a la conferencia de San Francisco de 1945, donde se reunieron cincuenta de los países «aliados» para dar nacimiento a las Naciones Unidas

Para poder presentar mociones –ya que como miembros de la UNRRA no podían hacerlo– se las arreglaron para formar parte de la delegación de sus países y convencer a otros delegados de la importancia de crear una organización sanitaria internacional. De Paula Souza y Sze consiguieron que se incluyese el término «salud» en el acta de Constitución de la ONU y que se aprobase su propuesta de formar una nueva agencia multilateral especializada y autónoma. El pedido fue apoyado por los países más poderosos de la postguerra: Estados Unidos, Inglaterra y la Unión Soviética, lo que fue un cambio en la posición inicial de algunos de estos países, ya que por lo menos Estados Unidos e Inglaterra preferían, antes de que empiece la reunión, que la salud internacional no estuviese en la agenda de discusión

La primera reunión del TPC se realizó en marzo de 1946 en París para establecer sus principios básicos. Entre ellos estaba el crear una institución independiente de las decisiones políticas y de otras agencias, que reforzara los lazos entre los descubrimientos médicos y las necesidades de salud e incluyese la mayor cantidad de países posible, independientemente de su orientación política. El asunto de la autonomía era importante debido a que algunos expertos médicos europeos, así como algunos senadores norteamericanos, promovían una agencia que fuese una oficina modesta manejada desde las Naciones Unidas. Sin embargo, los que querían una organización diferenciada de la ONU, apelaban a la mala experiencia de la LNHO, que no había logrado mayor reconocimiento por estar demasiado identificada como una agencia internacional sin autoridad y cuestionada por motivos políticos.

Primeros pasos hacia el futuro.

La implementación inicial de la OMS se produjo en esa breve transición entre la colaboración de los Aliados y el inicio de las tensiones entre las superpotencias. El trabajo del TPC se concentró en la revisión de cuatro propuestas de Constitución presentadas por
expertos franceses, ingleses, estadounidenses y un reconocido salubrista de nacionalidad yugoeslava, Andrija Stampar.

Todas las propuestas coincidían en dar la mayor autonomía posible a la futura OMS para evitar los problemas que tuvo la LNHO con la Liga de las Naciones. Entre ellas, la presentada por el norteamericano Parran fue considerada la más coherente y detallada en los asuntos organizativos y fue tomada como la base del documento final. La nueva Constitución permitía que los países se adhirieran a la OMS independientemente de que fueran parte o no de la ONU, algo que no hubiera sido posible con la LNHO, ya que para ser miembro de ella había que formar parte de la Liga de las Naciones.

El puntapié final para la creación.

En septiembre de 1947, un brote epidémico de cólera en Egipto captó la atención de la mayoría de periódicos del mundo y produjo una rápida reacción de la IC. El temor a esta
enfermedad estaba ligado a la memoria de epidemias que azotaron las ciudades de Europa y buena parte del mundo durante el siglo XIX. La sensación de urgencia y pavor que produjo el cólera provocó que la IC combinara las tareas de organización de la OMS y las de una
institución interventora, lo que a la postre aceleró el proceso de construcción de la OMS. La epidemia empezó el 22 de septiembre de 1947 en El Korein, un pueblo de quince mil habitantes en el Delta del Nilo. Tres días después, la epidemia llegó a El Cairo y tres semanas más tarde todas las provincias del Bajo Egipto registraban casos de cólera. A mediados de octubre la enfermedad ya estaba instalada en el Alto Egipto. La rápida huida de individuos asintomáticos desde los lugares infectados hacia pueblos noinfectados explica en parte la acelerada difusión de la epidemia. Los otros factores más estructurales fueron las precarias condiciones de provisión de agua para consumo humano y las pobres condiciones sanitarias.

Souza unió fuerzas con la IC tanto para explicar las razones científicas que producían la enfermedad como para combatirla y conseguir el envío desde distintas partes del mundo de toneladas de vacunas y provisiones médicas (como inyecciones, plasma, cloruro de sodio, sulfas y glucosa para los enfermos que necesitasen rehidratación). A comienzos de noviembre las vacunas enviadas alcanzaban para una de cada seis personas en el país –un récord en una etapa en la cual recién se desarrollaba la inmunización– y se esperaba que en poco tiempo alcanzasen por lo menos para la mitad de la población egipcia. Asimismo, las vacunas fueron enviadas a países cercanos que pudiesen necesitarlas, como Siria y Arabia Saudita. Un ejemplo de la rapidez de la respuesta es que los insumos de los Estados Unidos llegaban a Egipto en menos de tres días, hecho notable para entonces

Pero no todo fue confiado a la tecnología médica. También se dio importancia al cambio de los hábitos de higiene personal y se mejoró en algo tanto la infraestructura sanitaria como la cantidad de personas que trabajaban en los servicios de salud. Como resultado de esta feliz alianza entre un organismo internacional, un líder local y el progresivo apoyo de la opinión pública egipcia, la epidemia fue controlada tan solo seis semanas después de iniciada. Para tener un punto de comparación, la epidemia de cólera que había sacudido a Egipto en 1902 –último año en que se había registrado una de este tipo– tuvo una letalidad de 85% (es decir, 85% de las personas diagnosticadas murieron). En cambio, en 1947 la letalidad fue de 50%, lo cual no deja de ser una cifra trágica, considerando que hubieron 20.804 casos, es decir, que poco más de diez mil personas murieron.

Si bien es cierto que la vacunación contra el cólera fue percibida por muchos como una «bala mágica» para contener la epidemia, los logros de la campaña de salud también estuvieron vinculados a mejoras locales en los sistemas de agua potable, la construcción de letrinas y la reorganización y expansión del laboratorio de vacunas y sueros de El Cairo. Una segunda campaña de vacunación y de salud fue realizada en 1948; una dimensión de la misma la da el hecho de que más de 161.000 muestras de heces fueron tomadas de casos sospechosos de cólera para examinarse bacteriológicamente.

La epidemia egipcia fue una experiencia de aprendizaje para la IC sobre cómo reaccionar ante una emergencia y, al mismo tiempo, seguir planificando el futuro. Los líderes de la IC no desaprovecharon la oportunidad para legitimar la existencia de su nueva organización y demostrar –contrariamente a lo que muchos creían– que iba a ser una organización útil, capaz de establecer alianzas locales, y no solo un centro de discusión sin consecuencias prácticas. La epidemia alimentó también los discursos universalistas de los constructores de la OMS, quienes la presentaron como una demostración de que la salud y la enfermedad eran –por lo menos a veces– un bien y una tragedia internacionales e indivisibles, por lo cual ninguna nación podría considerarse a salvo mientras existiesen epidemias en alguna parte del planeta.

Hasta la Actualidad

En este punto, con los antecedentes presentados, no quedaba margen para negar la necesidad de esta institución, es así que nace, el 7 de Abril de 1948, La Organización Mundial de la Salud.

Los años han trascurrido, este ente se ha vuelto parte de la vida cotidiana de las personas a lo largo y ancho de los cinco continentes, influenciando los sistemas de salud, buscando soluciones, achicando la brecha entre aquellos que más tienen y los más vulnerables al momento de recibir atención, y continuará por ese camino, por que en definitiva, ese es el objetivo con el cual nació, es la razón de celebrar su creación en este día.

Fuentes:
– Día Mundial de la Salud. http://bit.ly/2TIgxNP
– ¿Qué es la OMS?. http://bit.ly/2TTspf1
– Día Mundial de la Salud 2019. http://bit.ly/2HH8yJt

Deja un comentario

Open chat
Hola 👋
¿Como podemos ayudarte?