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¿Por qué murió Jesús?

Responder esta pregunta es fundamental para entender las celebraciones de la Semana Santa. Desde el Edén podemos ver la perspectiva profética del sacrificio de Jesús. Cuando Adán y Eva desobedecen a Dios, se dieron cuenta que estaban desnudos. No era un desnudo solamente físico, sino que también moral y espiritual. En aquel entonces Dios hizo el primero sacrificio, matando un animal y con su piel cubrir la “Vergüenza” de la pareja.
En todo antiguo testamento este ritual se repetía, la expiación del pecado del hombre debería ser hecha por medio del sacrificio de un cordero inmaculado, es decir, un animal que desde de su nacimiento tenía que ser sano y separado para el sacrificio. Juan Bautista al ver a Jesús dijo; “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.

El profeta Isaías, más de mil años antes de su muerte profetizaba: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5).

El apóstol Pedro dijo: “pues ya sabéis que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir (la cual recibisteis de vuestros padres) no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. (1 Pedro 1:18-19).

En Juan 1:7, encontramos que “la sangre de Jesús su hijo nos limpia de todo Pecado”.

En hebreo 9:22 encontramos: “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre, no hay perdón de pecados”.

¿Por qué murió Jesús? La muerte de Jesús es la prueba mayor del Amor de Dios por mí y por vos.»Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. (Juan 3:16)

¿Por qué murió Jesús? Para que yo y vos, podamos tener la esperanza de reconciliación y vida eterna. Nada podemos hacer para ser Salvos, esta salvación es un regalo de Dios para cada uno de nosotros. Cristo en la cruz del calvario a llevado todos nuestros pecados, y ahora arrepentidos de nuestros pecados, podemos por fe recibir a Cristo nuestro Salvador.

Que esta “Semana Santa”, no sea apenas un feriado prolongado para está en familia y comer chipa, sino un tiempo de reflexión para entendernos la muerte de Cristo y poder también celebrar en el domingo la resurrección que da a nosotros la certeza de una nueva vida.

En Cristo,
Capellán Odenir Figueiredo Junior
UCMB

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