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“Sea vuestro hablar: Si, si! o No, no!” – Odenir Figueiredo Jr.

¿Qué sería de la vida sin que hubiera límites? ¿Qué sería el mundo sin límites?

En verdad los límites han sido parte del proceso de Dios, para el Bienestar del hombre desde de inicio de la creación.

Cuando el hombre rompe el límite del árbol de la Vida y del árbol del Conocimiento del bien y del mal, toda la humanidad ha sufrido las consecuencias.

Los límites que Dios ha dejado por medio de los Díez Mandamientos todavía han sido un modelo usado dentro de los conceptos de la ética humana.

De otro lado la falta de límites en las relaciones entre las parejas, entre hijos y padres, entre los seres humanos , han sido responsables por la destrucción de las familias,  de una generación sin límites , de un mundo sin límites donde la violencia, la ganancia , la lucha sin límites por el poder y controle, ha transformado el ser  humano , en un objeto de consumo y de  negocios.

Aprender a poner límites, es fundamental para el equilibrio integral del ser humano. Reconocer los límites de mi cuerpo me ayudarán a buscar un equilibrio en mi alimentación y me hará buscar a vivir una vida sana.

Reconocer mis límites emocionales, me ayudarán a tener una vida sin estrés, evitando un “Burnout” y el deterioro de mi estado mental.

Aprender a poner límites a algunas personas de nuestro entorno ya sea laboral o personal es muy importante. Del mismo modo que las paredes de tu casa determinan el ámbito donde tú vives, un límite define el espacio emocional que te corresponde como ser humano diferenciando lo que eres y quieres de lo que no eres y no quieres.

Cada vez que debas “decir no” o hacerte respetar y no lo haces, estás comprometiendo tu integridad.  Es como si no existiesen los límites inmobiliarios de tu casa y cualquiera pudiera entrar y salir cuando se les diese la gana.

Todos tenemos un límite y aunque no solemos pensar en él, es muy importante conocerlo. De este modo sabrás cuando te acercas a él y podrás hacer algo al respecto. Así disminuirá tu desgaste y estrés.

Alguien ha dicho: “No es la vida la que te desborda, eres tú que no sabes poner límites.”

En el libro “Cómo estar mentalmente equilibrado” (Ediciones B), Philippa Perry comenta que es importantísimo parar de vez en cuando para evaluar cómo te sientes en ese momento, qué piensas, qué haces. No tiene que ser un descanso largo, lo importante es que te acostumbres a analizar cómo te sientes. Por ejemplo, ahora mismo, ¿cómo te sientes? Cansado, aburrida, motivado, contenta, con hambre, sed, … Este es el primer paso para aprender a reconocer cuando estás llegando al límite, y así poder parar a tiempo.

Si no pone límites, usted se expone a sufrir resentimiento, frustración, ira, desacuerdos y depresión.

Mi querido lector, el propio Dios con su poder sin límites , al séptimo  día Descansó.

2El séptimo día Dios había terminado la obra que hizo, y reposó en el séptimo día de toda la obra que había hecho. 3Por eso Dios bendijo y santificó el séptimo día, porque en él reposó de toda su obra de creación que Dios había hecho.”(Génesis 2: 2,3


El  Séptimo día es nuestro límite.

“…SEA VUESTRO HABLAR: “SÍ, SÍ” O “NO, NO”…” (Mateo 5:37)

Un verdadero cristiano debe ser un administrador de todo que ha recibido del Señor, ser un administrador es saber manejar los límites, somos responsables por nuestra vida, sea física, emocional o espiritual.

 

 

Odenir Figueiredo Jr.
Capellán y Coach

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